miércoles, 7 de enero de 2009

Fotos y textos: Yuri Hooker Mantilla

CATARINDO, MATARANI, PUNTA HORNILLOS Y ANCUPITA:

Después de nuestro largo y maravilloso viaje por el altiplano, el día 25 de noviembre por la llegamos a orillas del mar, con muy buenas reservas de glóbulos rojos en nuestra sangre, fruto de los días de hipoxia vividos. Con nosotros viene Ulrich Zanabria, egresado de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA). A Ulrich solo lo conocía solo por e mail por sus constantes y entusiastas consultas sobre vida submarina. En los días siguientes días demostraría ser un buen buzo (y biólogo) y un gran amigo. Nuestro centro de operaciones sería el Instituto de Investigación y Desarrollo Hidrobiológico, en la playa Catarindo, donde fuimos recibidos muy cordialmente por su director Graciano del Carpio. En esta época el edifico está completamente vacío, pero la cama para dormir, una mesa de laboratorio y agua dulce es todo lo que necesitamos para trabajar.

Aquí permaneceríamos por 4 días, nuestras áreas de buceo seleccionadas eran el entorno de Catarindo, las islas de Matarani y la inaccesible costa de Punta Hornillos.


Playa Catarindo

Para mí, uno de los lugares de buceo principales de la expedición era la zona de Punta Hornillos y sus playas escondidas, uno de los pocos lugares del litoral peruano donde nunca buceé. Los amigos de la UNSA me comentaron varias veces de lo maravilloso del lugar, fuera y bajo el agua, y tenía que verlo.
Partimos de puerto Matarani navegando rumbo al norte por un magnífico litoral donde numerosos buzos artesanales extraen mariscos…

… y lamentablemente también algas pardas en grandes volúmenes. Digo lamentablemente pues en esta época no había ningún control y la depredación tenia magnitudes preocupantes si se considera que de estas praderas depende la supervivencia la gran mayoría de peces e invertebrados del litoral sur. Gracias a una campaña de alerta, las autoridades establecieron un control más estricto que esperamos dure lo suficiente hasta que este importante recurso se recupere y sea adecuadamente manejado.

Philippe no nos acompaña pues cayó abatido por algún germen culinario… creo que debió hacer el esfuerzo porque se perdió de una gran experiencia. Tras 2 horas de navegación y tras pasar por Punta Hornillos, llegamos al lugar que andaba buscando, las playas de Honoratos y Ancupita. Ahora que ya conozco todo el litoral peruano puedo decir con seguridad que Ancupita es uno de los accidentes geográficos más bellos del litoral, parece ser una antigua quebradas que se ha hundido en el mar generando una ensenada de más de 500 metros tierra adentro, con aguas cristalinas y totalmente calmas.

Sin embargo, bajo el agua, no había muchas esponjas, más que las incrustantes comunes (excepto un par de especies potenciales por revisar).

Cerca de allí hay un hotel en playa San Jose, un lugar muy lindo, pero que lamentablemente la actividad que más se promociona es la caza submarina. Personalmente me parece inmoral cazar por diversión o deporte, no importa si son venados o peces. El actual estado de crisis en la que se encuentran gran parte de la fauna silvestre (acuática y terrestre) por depredación (a cualquier nivel), y los cambios de mentalidad a nivel mundial sobre la necesidad de conservar lo que aun nos queda, hace que este tipo de estimulo a la caza por placer nos devuelva a tiempos en que se creía que nada se acabaría o a personas muy poco enteradas. Hay que leer un poco más para que se tome conciencia de lo que estamos haciendo?Terminado el primer buceo, emprendimos el regreso para bucear en los impresionantes callejones de Punta Hornillos, otro lugar digno de verse...

El agua estaba cristalina y muy calmada, un día excelente para bucear...

y las esponjas estuvieron por todos lados. La diversidad era importante…

pero la abundancia era sorprendente, casi todas las rocas a más de 10 m de profundidad estaban cubiertas por esponjas, algunas muy comunes y otras muy raras… un pedacito de cada especie a nuestras bolsas, un buen día de colectas!


Buceamos hasta que las sombras de las islas no nos permitían ver. El retorno contra la corriente nos llevó cerca de 3 horas y llegamos pasadas las 8 de la noche. Philippe nos esperaba asustado en el muelle, pensando como haría para buscarnos en el ancho mar… pero ya estábamos ahí para su alivio.

Aprovechando que Philippe estaba enfermo y no nos acompañaría a bucear, planificamos hacer lo que más me gusta: un buceo profundo. La idea era buscar un lugar con 45 m de profundidad. Para Ulrich sería la primera vez en alcanzar esta profundidad y como conocedor del área me propuso Isla Blanca, a solo 10 minutos del puerto.

El mar no podía estar mejor, nada de viento, nada de olas, sol radiante… el agua parecía clara. No faltaba más que hacer que hundirnos en el mar…

… y el mar nos recibió con su mejor agua. Iniciamos la caída libre típica de buceos a gran profundidad. Tras unos primeros metros de transparencia incierta el horizonte marino se abrió ante nuestros ojos, la luz penetraba con facilidad mostrándonos peces por doquier. La visibilidad sobrepasaba los 20 metros de distancia. A los 25 m de profundidad ya se podía ver el fondo…

… que resulto estar a exactamente 45 m. El buceo perfecto!

A esta profundidad encontramos nuestras primeras esponjas, pero lo limitado del tiempo no nos permitía seguir todo el protocolo de colecta por lo que solo tome fotos de los especímenes y los colecté “al paso”. Ya en laboratorio se tomaría medidas y se fotografiarían los detalles.
Según subíamos se observaba la zonación de las esponjas, variando las especies en pocos metros, un excelente muestrario!

a los 20 metros la abundancia era sorprendente,

encontramos muchas esponjas que nunca vimos antes, por ejemplo una Aplysinidae muy interesante o esta Demospongia que crece entre los zoantarios

y otras comunes pero no menos llamativas…

ya cerca de la superficie, mientras completábamos nuestra desaturación de nitrógeno, el día de buceo fue completado por miles de cangrejos porcelanidos reunidos, aparentemente para reproducirse… es increíble que después de más de 2000 horas bajo el agua, uno nunca deje de sorprenderse!

QUILCA:

El día 29 de noviembre emprendimos viaje hacia Camaná desde donde iríamos a bucear a la famosa caleta de Quilca. Cuando llegamos al hotel, Manuel Vílchez, uno de mis alumnos de la UPCH, ya nos esperaba esperando.
Quilca es parte importante de nuestra historia pues se menciona que era ahí donde Miguel Grau escondía su legendario buque Huáscar cuando era buscado intensamente por toda la flota chilena durante la guerra. Sus misteriosas desapariciones que lo convertían en un buque fantasma se debían a que la ensenada de Quilca es invisible desde el mar.
Quilca está enclavada en medio de la nada. Para llegar ahí se viaja casi una hora por una estrecha carretera de arena que parece no va a ningún lugar, rodeada de lava y ceniza volcánica blanca como la nieve y que, inesperadamente, termina en una pequeñísima caleta surrealista donde la actividad de los pescadores bulle intensamente.

El tiempo de mar amable terminó, el primer buceo fue en el islote El Farallón, con mar agitado, por decir lo menos, hasta 20 metros sobre rocas peladas sin esponjas. Al no tener alternativas, regresamos a bucear en la protección de la ensenada misma de Quilca. Aquí la bahía estaba cubierta por espuma formada por el plancton en mar agitado, algo así como un gigantesco protein skimmer de acuario. Manuel, sonríe para la foto!

Al solo tocar el fondo marino fuimos recibidos por un pasivo tiburón pinta roja Schroederichthys chilensis que se dejo fotografiar como quisimos.

El lugar fue muy bueno, poca abundancia pero buena diversidad de esponjas, algunas raras también

la mayoría incrustantes como es típico de zonas costeras en la provincia biogeográfica peruana.

Y también tuvimos nuestras primeras calcareas, las bellas Clathrina sp.
Y vimos muchos animales interesantes como el omnipresente nudibranquio Phidiana lottini

Después de 2 días de buceo donde Philippe se reencontró con el mar y la historia, incluyendo restos arqueológicos que abundan en el lugar, emprendimos viaje nuevamente…






Destino: San Juan de Marcona!!

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